El consumidor pagó, en promedio, el mes pasado por los alimentos que llevó a la mesa casi cinco veces más que el valor que recibió el productor agropecuario en su campo al momento de comercializar la materia prima, según el último informe mensual de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
Los datos que surgen de los resultados obtenidos por el Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) que elabora el sector de Economías Regionales de esa entidad tiene por objetivo medir distorsiones que suelen multiplicar por varias veces el precio de origen de la totalidad de los productos agropecuarios en su recorrido desde el campo hasta el consumidor.
Según especifican, se contempla a más de 700 precios de cada producto en destino, por lo que no se releva solo en verdulerías y mercados, sino también mediante monitoreo de precios online de las grandes cadenas supermercadistas del país.
El documento especifica que la brecha de precios para el promedio de los 24 alimentos que participan de la mesa familiar creció 8,6% en diciembre. De esta forma, cortó con dos meses de baja consecutiva: en noviembre, la diferencia se ubicaba en 4,31, un 4% por debajo de octubre.
De acuerdo con el relevamiento de datos de CAME, la manzana roja fue el producto que presentó la brecha más alta de los alimentos relevados, con un 13,6%. En tanto, la frutilla, cuya diferencia fue 1,78 veces, es el alimento que menos paridad presentó entre lo que se paga en la góndola y el precio en origen.
Por otro lado, según el registro mensual de la Confederación, la participación del productor en el precio final se deterioró: pasó del 30,7% en noviembre a 26,7% en el último mes.
“Hay una correlación directa entre los productos que se exportan y la participación del productor sobre el precio de venta que no supera el 15%. Esto sucede en aquellos productos no perecederos y que son de altos costos, como la frutilla”, dijo a Infobae Pablo Vernengo, director ejecutivo de CAME. El especialista reconoció que en los productos de estación la participación del productor es alta porque “se busca tener el alimento lo más rápido posible en la góndola”, pero no sucede lo mismo con aquellos productos que están fuera de temporada y que no tienen una rápida rotación.
El ejecutivo afirmó que en el caso de la manzana roja, la participación es del 4,7%, ya que es un producto de exportación y la incidencia que tiene el productor es baja. Esto responde a la intervención que no tiene el agricultor una vez que entrega el producto a las agroexportadoras y galpones que se encargan de conservar en buen estado el alimento.
Brechas
De acuerdo con los registros de la entidad, la variación en el alza fue provocada por el aumento de catorce productos. Entre ellos está la calabaza (161,3%), el zapallito (102,1%), la mandarina (80,4%) y la acelga (77,3%). Además, destacan que la frutihortícola subió 9,8% (había caído 4,6% en noviembre) y la brecha para esos productos promedió en 5,01 veces. En el caso del IPOD, el ganadero subió 2,7%, cuya brecha promedio fue de 3,42 veces, que a su vez resultó 32% más baja que la del IPOD frutihortícola.
“La cadena de productos ganaderos tiene mayor cantidad de consignatarios, frigoríficos y bocas de expendio; por ende, la brecha entre todos los actores es mucho más chica, no se dispara”, aseguró el experto.
Las mayores brechas, indican los especialistas, “se detectaron en las pomáceas, al quedar para consumo doméstico el remanente de la cosecha 2020, con mayores requerimientos de cámara de frío y, por ende, mayores costos”.
“El precio de la manzana roja y la pera se multiplicó por 13,60 veces y 9,50 veces, respectivamente, desde que salieron del galpón de empaque hasta la góndola”, sostienen, y agregan que el productor apenas se llevó el 7,4% del precio final por la fruta. A este producto le siguieron la zanahoria (9,09 veces) y el zapallito (8,40 veces). “Se necesita mayor transparencia en los mercados para que se sepa quién interviene en cada momento en los mercados”, subrayó Vernengo.
Sobre la frutilla, el alimento con menor brecha, el productor recibió, en promedio, el 56,2% del precio de venta minorista de esa fruta. A su vez, se le suma la cebolla (2,35 veces), la papa (2,49 veces) y la carne de pollo (2,62). En este caso, dijo Vernengo, “la participación del productor es alta porque el oficio del verdulero y comerciante pretende tener el producto rápido en góndola y con rotación”.