El Gobierno empezó a evaluar esa medida para sumar recaudación y compensar el bloqueo de su reforma impositiva prevista en la ley ómnibus. Desde noviembre los precios de los combustibles subieron un 140%.
Según cálculos de la industria petrolera, el gravamen en cuestión no se actualiza desde julio de 2021, lo que habría generado un atraso acumulado del 377%. El Gobierno de Alberto Fernández decidió congelarlo en medio de la aceleración de la inflación, una medida que luego extendió el ministro de Economía, Sergio Massa.
Ahora, la expectativa en el sector es que haya un ajuste del impuesto a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono, lo que podría reflejarse en un incremento del 11% en surtidores desde el jueves, cuando vence la prórroga del congelamiento dispuesta por Massa.
Desde diciembre, el Gobierno de Javier Milei puso en marcha un plan de shock, que comenzó con una devaluación del 55% y la “liberación de precios”, incluidos los combustibles. Así, desde noviembre las naftas subieron un 140%, lo que impactó en los bolsillos y provocó una caída en las ventas del fluido del 20% desde que comenzó el año.
En campaña, Milei había prometido que antes de subir impuestos se iba a “cortar un brazo” y que el ajuste de gasto público iba a recaer sobre la “casta” política. Sin embargo, las dificultades para alcanzar el déficit cero llevaron primero a incorporar una suba de impuestos en la ley ómnibus y ahora, tras el fracaso de esa estrategia, se empezó a evaluar la suba del impuesto a los combustibles.
Para el director del IARAF, Nadín Argañaraz, si el gobierno actualiza el impuesto a los combustibles en función del atraso acumulado, el precio de la nafta podría subir un 25%. Según sus cálculos, la recaudación mensual cayó un 77% por el congelamiento. Y si se ajustara, Nación podría juntar recursos extras por 0,37% del PBI y las provincias, por 0,15%.
El impuesto a los combustibles fue creado por ley en 1998 y durante la gestión de Mauricio Macri se dispuso su actualización en forma trimestral, ajustado a la inflación del IPC, para luego postergarlo en 2019 y ser congelado desde 2021. Ahora, su posible descongelamiento sumaría más presión sobre la inflación, que en enero habría rondado en torno al 20%.
El combustible representa el 20% del costo de transporte y, a su vez, lleva implícito algo más de 50% de carga tributaria, por lo que una suba del impuesto tendrá impacto en el boleto de colectivo. Por otra parte, la ponderación que tienen los combustibles en el IPC a nivel nacional ronda el 4%, de modo que por cada 10 puntos que aumenta la nafta, el IPC tiende a subir 0,4%, según Ecolatina.