A partir de la polémica generada por el aterrizaje del nuevo avión presidencial, la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) informó que se abrió un expediente para analizar las maniobras y sostuvo que la aeronave se encontraba bajo la dependencia del Ministerio de Defensa. Sin embargo, este sábado por la noche la Fuerza Aérea Argentina emitió un comunicado negando dicha situación y aclaró que el avión y los pilotos no forman parte de la órbita militar.
La llegada del Boeing 757-200 a la ciudad de Buenos Aires generó una amplia repercusión debido a la peligrosa maniobra realizada para su aterrizaje. Por tal motivo, se decidió iniciar una investigación en torno a los comandantes Juan Pablo Pinto y Leonardo Luis Barone, quienes estaban a cargo de la aeronave.
En primera instancia la ANAC -autoridad aeronáutica encargada de fiscalizar y controlar la actividad aérea en Argentina- inició el expediente para evaluar la maniobra. No obstante, aclaró que no podría aplicar ninguna penalidad debido a que se trataba de una aeronave oficial y los pilotos contaban con matrícula militar.
Sin embargo, desde la Fuerza Aérea Argentina se emitió un comunicado con seis puntos con detalles sobre las responsabilidades de la aeronave y su tripulación. En primer lugar, señalaron que “el ARG-01 se encuentra fuera del ámbito del Ministerio de Defensa” y además, “no es matrícula militar”. A su vez, remarcaron que “la aeronave no es operada por personal de la Fuerza Aérea Argentina”.